En medio de una agonía interminable sin fútbol, las palabras de un hombre hacia su amor. El sentimiento de muchos expresado en una carta.
Querido capricho mío:
Tanto tiempo sin vernos! Hace mucho que no tengo noticias tuyas. Al pasar por tus tierras el otro día y verlas tan solitarias me invadieron los recuerdos. Aquellas tierras que solían ser tan concurridas y que hoy no son más que metros de pasto deshabitados en silencio... Por eso, en medio de la nostalgia que padezco, no encontré mejor remedio que dedicarte unas líneas para contarte cómo es que vivo sin tu presencia.
Ya han pasado casi 5 meses desde que te fuiste y no he podido llenar ese vacío. Y mira que he intentado todo! Busqué nuevos amores intentando reemplazarte, pero no funcionaron. Leí, miré películas, entrené. Imaginá mi locura que hasta incluso me convencí a mi mismo de que me gustaba estudiar! Vaya si nos mentimos a nosotros mismos. Sin embargo, pese a mis reiterados intentos de reprimir mis pensamientos y recuerdos tuyos, fallé.
Entonces entendí a Spinetta, ¿qué razón me queda acaso para vivir si no es tu amor? Suficiente. Tenía que hacer algo pero, ¿qué?. Y no creas que no te busqué, eh!. Hablé con mis amigos sobre vos pidiendo consejos. Vi todos tus vídeos y tus fotos. Incluso me atreví a mirar las nuestras… Aquellas donde te acariciaba y te cuidaba. Recordé cómo eras mi capricho y el de todos. Lo mucho que me gustaba besarte. Qué fácil lograbas unir un grupo de amigos alrededor tuyo y ser siempre la más buscada. El centro de atención sin necesidad de contar historias fantásticas. No. Las historias sin embargo suelen hablar de vos. Bueno, al menos las más fantásticas. Podías lograr que te mimaran por horas. Tu figura perfecta cubierta por esos cueros tuyos... ¡No hablemos siquiera de curvas! ¿Qué mujer no te envidiaría?! Tanta belleza concentrada en tu simpleza.
Tras mucho tiempo de pensarte terminé por animarme. Y eso es lo que estoy haciendo. Creo que tras mucho intentar superarte me di cuenta de que no quería realmente hacerlo. Porqué nunca dejé ni dejaré de amarte. Sé que por un tiempo no volverás a ser el centro de reunión y que no podré pasar por tu casa a compartir una tarde. Tendré que conformare con verte tirada a lo lejos en el jardín de casa. Esperando con ansias el regreso en tu máximo esplendor. No te tardes!
Saludos, un amante del fútbol.